UNA MADRE CORAJE

Por Lidia Castro

Cuando las cosas se ponen dificiles económicamente en casa lo único que queda es afrontar la realidad de la mejor manera, siendo optimistas y no dejándonos vencer por los problemas, está es la filosofía de vida de la señora Jennifer Michel Alayo, de 29 años quien labora en la Av. Larco de lunes a sábado vendiendo toda clase de postres desde Mazamorra hasta queques de vainilla y budines. Y que prácticamente se vio forzada a conseguir un empleo para posteriormente salir a vender a las calles porque su esposo se quedó sin trabajo y ya no podían seguir solventándose económicamente.

Ella tiene una rutina diaria bastante agitada pues no sólo es madre de dos niños, sino que también es trabajadora ambulante de tiempo completo. Siendo así todos los días una locura pues se levanta todos los días a las 6 de la mañana a prepararle el desayuno a sus pequeños hijos, quienes muchas veces no la ven llegar en la noche pues sale de su trabajo tarde; mientras le prepara el desayuno debe asegurarse de que los uniformes escolares estén listos al igual que los útiles, así es que terminado esto se despide de su esposo, quien actualmente realiza trabajos de construcción eventualmente y se dirige al centro de estudios de los niños , el cual queda a cuadras de su casa ubicada a las afueras de la ciudad de Trujillo.

Mientras sus hijos están en el colegio, ella debe realizar los quehaceres del hogar y cocinar antes que los niños salgan de clases. Cuando toda su rutina matutina termina, ella debe recoger a los niños del colegio y posteriormente darles de almorzar. Rápidamente debe salir al trabajo, pues su trabajo es remunerado diariamente, con un aproximado de 20 soles y cualquier incumplimiento podría perjudicar su estadía.

Ni bien llega al su lugar de trabajo, a las 2 de la tarde debe salir a la calle con todos los productos que le da la dueña del negocio, Jennifer trabaja para alguien más por eso también nos cuenta que anteriormente estaba trabajando en Av. Húsares de Junín vendiendo los mismos productos y siendo empleada de la misma persona para la que actualmente labora. De hecho, no es el único trabajo que ha tenido pues ha sido ama de casa y personal de limpieza, demostrando que por su familia es capaz de hacer de todo.

A las 9 de noche aproximadamente debe terminar de vender los productos, demorándose 30 minutos en guardar las cosas y otros 30 minutos esperando el microbús que la traslade a su casa. Llegando aproximadamente a las 11 de la noche, encontrando a sus pequeños dormidos y sin poderlos haber visto durante la mitad del día, sin embargo, es algo satisfactorio para ella poder trabajar y darles un buen bienestar a sus hijos. No importándole las pocas horas que tenga que dormir, pues el amor de madre es más grande y se ve reflejado en lo mucho que le importa el futuro de ellos por eso se esfuerza día a día para que ellos obtengan lo mejor; un claro ejemplo de las madres peruanas que luchan por brindarle a sus hijos una buena calidad de vida y que son ejemplo de valentía y coraje.

VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=mCSj1CpvbIk