“EL PINTOR ES MUCHO MÁS VERSÁTIL, SU PUNTO DE VISTA ES SU PUNTO DE VIDA”

Lidia Castro
27 oct 2019
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En la ciudad de Trujillo existen muchas formas de representar la realidad, una de ellas es el arte, sea visto en sus diferentes formas. Rómulo Azabache es un artista plástico, residente en Moche, que nos cuenta como ha encontrado en la pintura y escultura su razón de ser, a través de su trabajo como docente en la Escuela de Bellas Artes y creativo.

¿Cómo son sus orígenes? ¿De qué distrito proviene?

Soy Rómulo Azabache, egresado de la Escuela Superior de Bellas Artes, yo nazco en Moche el 20 de agosto de 1963, actualmente radico en el mismo distrito, ahora trabajando como docente nombrado oficial de la Escuela de Bellas Artes donde me estudié y me forjé.

¿Está trabajando aquí en su ex centro de estudios?

Exactamente, yo soy docente, ya tengo buen tiempo de servicio, yo terminé de estudiar a los 5 años después de ingresar, tuve que quedarme porque en ese entonces había ley que los mejores alumnos eran premiados y eran los que se quedaban a trabajar, me quedé como docente.

Ustedes tenían esa oportunidad…

Exactamente, teníamos esa oportunidad que estaba facultada por una ley, que ahora ya no es lo mismo, tiene otra estructura el sistema laboral.

¿Cómo fue su niñez? ¿Qué tradiciones y costumbres practicaba?

Mi niñez es en un Moche, un poco más agreste del que tenemos, las calles no tenían asfalto, eran calles rudas, algunas tenían veredas hechas por los mismos pobladores, no tenían esa estructura arquitectónica que hoy posee, había calles más angostas con curvas, la luz llegó a buen tiempo, si llegué a apreciar ello, también vi cómo se instalaron los servicios básicos de agua.

Me comentaron que, entre los propios pobladores se habían unido para poder hacer los desagües.

Exactamente, se hizo por cuadras, yo viví abordes a pies del campo, mi vida ha sido más al campo, Moche tenía muy poca población, había muchos espacios desolados donde agarrábamos para jugar fulbito, jugar a las escondidas, espacios recreativos, no teníamos lo que hoy día tiene; cuatro, cinco lugares con campo sintético, antes Moche no tenía eso, después se construyó el colegio núcleo y se hicieron dos lozas que no abastecían a todo Moche, pero mi infancia ha sido entre el campo y esa rutina que tiene todo niño de apreciar la naturaleza.

¿Cómo nació su gusto por el arte?

Yo vengo de una familia, mi padre es descendiente de pintores, mi padre también fue pintor, era dibujante, tengo algunas tallas hechas en manera natural.

¿Y su padre le inculcó?

Si miré en él mucho de ello, y otra que, teníamos un tío que fue fundador de esta escuela, siempre lo visitábamos en “La Campiña” y eso inspiró en mi inclinación, otra que, yo no recuerdo quien me enseñó, pero siempre me gustó pintar desde niño, entonces yo tengo una disyuntiva en la versión, si es que el arte se enseña o el arte nace, en mi caso lo vi brotar, la inclinación desde pequeño a hacer escultura, pintar, todo tipo de artes.

Usted es artista plástico en general, ¿Pero ¿qué es lo que a usted le apasiona de todas las artes?

La pregunta es muy buena, pero adaptarme, soy parte de una generación que está dejando una realidad y se adapta a otra, no somos del milenio, pero somos una generación estamos obligada a adaptarse, entonces en esa adaptación puedo responder de que no puedo encasillarme en una sola disciplina, por lo tanto, trato de si o si tratar de hacer todas ellas que tengo, educadas y desarrollarlas en mí, a fin de poder obtener una posición en el mercado, en las circunstancias laborales.

¿Qué proyectos ha realizado?

Bueno, de los más representativos, el hacer trabajo con un grupo de chicos. Que se formó hace muchos años, en el 83, siempre lo voy incrementando y se llama el “El Club de Paisaje”, es un proyecto no tanto económico, ni productivo pero muy humano, en este club se incorporan jóvenes aficionados o alumnos de Bellas Artes, que tenemos salidas y pintamos por pasión, pintamos porque nos gusta un tema en si, trato de poner en salvaguarda el instinto de ser pintor, no el ser un pintor adinerado, pero si el alma de serlo.

Con mensajes en las pinturas…

Claro, cada paisaje lleva algo propio de ello, compartimos cosas, me instruyen como yo los instruyo.

Coméntenos, ¿Qué aspiraciones tiene?

La mejor aspiración que puede tener un mochero como yo, es tener salud, porque las ideas van cambiando constantemente, cuando uno plantea un proyecto, luego se modifica, se estanca y luego coge otro, porque esa es la rutina en la que se desplaza, el pintor debe ir tras ellos, no puede trazarse metas como el arquitecto o ingeniero, el pintor es mucho más versátil, su punto de vista es su punto de vida.

¿Está dispuesto a trabajar en cualquier proyecto?

Exactamente, casualmente nos estamos yendo a parte del norte, a un balneario que se está inaugurando y en la cual pondremos la entrada, aún estamos definiendo en que parte, serán una serie de esculturas en homenaje a niños, ya que ese proyecto es en base a ellos.

Por último, ¿Cuál es su rutina diaria?

Yo me levanto a las 6 de la mañana, dejo las cosas hechas en casa, vengo a trabajar en Bellas Artes, hasta las dos de la tarde, según el horario que me toca, de ahí salgo y empalmo con los proyectos que tengo dispuesto, si hay que pintar se pinta, y de vez en cuando hago un poco de deporte, porque es necesario, salir al mar, a hacer pesca o caminata, lo que me da inspiración.

Por Rodrigo Anticona